miércoles, 6 de mayo de 2009

A mi amor secreto


Algunos dicen que eres
la marca insigne de la vulgaridad,
otros te llaman hortera
y, los más clasistas,
exclaman:
¡Pobretón!
al verte.

Argumentan que sólo sirves para
tapar los errores de las malas obras.
Afirman que lo realmente bello es tu contrario:
por liso, por plano, por suavón...

Y yo contesto:
¡Imbéciles!
Tenéis la cara pintada de legañas
y las manos insesibilizadas
por la hipocondria del papel couché.

Yo he acariciado sus cicatrices,
es más,
las he besado con los pies mientras
él masajeaba mis vergüenzas.

Yo lo he lamido y pude ver
que su piel son los pliegues
del amante perfecto
y sus huesos las yemas de los dedos
de la mismísima Helena

¿qué importa si detrás de ti
se esconde una malformación?
o si tienes en la columna un agujero.

"No pases pena"*,
Ilustre guardían de mis sueños:
Señor Gotelé,
mientras tenga un pie descalzo,
cantaré tus beldades,
ésas sobre las que reposan mis verdades.



*"No pases pena": frase antológica de la también ilustre Vanessa

2 comentarios:

vans dijo...

Puedes apropiarte de "mi" antológica frase. Para eso está, para extender su uso hasta que todos los seres humanos dejemos de pasar pena por todos lados.


Sí; Ja; Da; Yes, WE CAN!!!!


El gotelé seguro que no pasa pena. El tipo de pared con las bultos y presencias cancerígenas (compuestas de pintura) ya no sufre por ser una superficie rugosa.

Él sabe que es hortera, lo sabe, sabe que se quedó en los noventa, pero no importa, él permanece en muchos hogares sabiendo que es una reliquia sabiendo que puede desaparecer, pero que el espíritu gotelero (al igual que el espíritu de las grandes canciones del rock) estará ahí por siempre, y así lo sentirá cada vez que alguien apoye su espalda y se frote en él.

Porque el gotelé es, al fin y al cabo, la pared con más capacidad de sentir, es como nuestro sistema reproductor de placer, únicamente sirve para darse placer y dar placer a quienes se frotan en el.





Vanessa, Oda al gotelé

Unknown dijo...

qué grande eres, vane