sábado, 15 de agosto de 2009

El día de la Sexi Virgen

Hoy es el día de la Sexi Virgen, es decir, el de la patrona de mi pueblo, perdida y hallada en un pozo que, casualidades de la vida, estaba justo al lado de la casa de mi abuela materna, Mama Ángeles, o simplemente Mama, y para mi madre Mamaíca. Si por algo se caracteriza la villa sexitana es por el surrealismo de los nombres de sus cosas, y la Sexi Virgen no podía ser una excepción ¿Cómo podría llamarse una virgen encontrado en el pozo de la Calle Nueva? Está claro como el agua que no había en el pozo: Virgen de la Antigua ¿Por qué? …
De todas formas, tenemos que celebrar que la persona encargada de ponerle nombre a la patrona (no entiendo por qué no matrona), no fuera el lumbreras que se devanó los sesos con la nomenclatura de esas tres formas rocosas que te acompañan por todo sexi (y por todo el mundo, porque nosotros llevamos nuestros peñones en el alma, grabada a fuego ¿o a mar?). El caso es que el increíble intelectual hiperilustrado que puso nombre a las tres rocas, decidió exprimir al máximo su creatividad y pensó:
- Tengo que buscar algo que impacte, que quede en la memoria. Veamos, son tres, bien. Uno, está coronado con una cruz… el otro está justamente al lado con unos cuantos metros de separación, es más pequeño…y el tercero está aún más cerca del horizonte, es todavía más pequeño… Los tres están en línea…¡oh, Palmera! –dijo parafraseando al fundador de Al-andalus- ¡Lo tengo! El que tiene la cruz, se llamará Peñón del Santo, el que está en medio se llamará Peñón de en medio y el otro Peñón de Fuera.
Y así fue cómo nuestros tres hermosos peñones fueron nombrados. Surrealismo puro, brillantez inexpugnable.
Como decía, hoy es el día de la Virgen, con su idiosincrasia:
1. Comprar comida para comer hasta reventar durante tres días para quejarte durante un mes de todo lo que has engordado (tres o cuatro kilos que luego adelgazarás para recuperarlos y sumarles otros dos en navidad)
2. Quedar con tus amigos para seguir comiendo a las dos de la tarde en el mismo sitio de siempre (en mi caso, en los veinte duros), para empalmar con café, helado, cohetes y feria. Si te fijas bien, en estas quedadas todo el mundo mantiene las mismas conversaciones: empiezas hablando de que estás engordando, otra vez, con un calamar frito en la boca, después pasas a que este año las fiestas son una mierda, culpas a Benavides, el alcalde, (personaje que se merece un artículo aparte) y ya empalmas con que además todo está muy caro. Y lo vuelves a decir con el último calamar en la boca, porque estás haciendo espacio para comerte el helado que te preparará para la “hartá” de copas que te vas a dar
3. De camino a todos estos sitios, te encuentras con personas a las que saludas el 15 de agosto y no vuelves a hacerlo hasta el 31 de enero si vas “to peo” o “cocío vivo”
Llega el momento, son las diez y media y los fuegos artificiales están a punto de empezar. Todo el mundo está en la playa, excepto los pijos, “cagones” o “cipotes” que tienen un pisito en el paseo marítimo, de manera que no es necesario mezclarse con el vulgo (y no plebe porque si se dice de alguien que es plebeyo, en sexi es como llamarle pijo, cagón o cipote). Los cohetes se tiran desde una playa a la que, haciendo una analogía con una playa de Cádiz, La Caleta, y consciente de sus escasas dimensiones, el celebérrimo nombrador de cosas sexitanas decidió llamar La Caletilla.
El “Castillo de fuego” ya ha empezado, los niños no paran de llorar, el gentío se retrasa cada vez más temeroso de que el cohete le caiga encima, los perros ladran desesperados y por fin aparece, la frase célebre de todos los días de la Sexi-Virgen:
- “Er cabezúo” (Benavides) “podría haberce buscao otra coza más apañá, toh loh añoh lo mihmo… y la múzica la ehtará escuchando eh porque lo que eh nozotroh na, claro que er sinvergüenza ece ehtará con la muher en en marruecoh, zabe Dioh lo que tendrá ece ahí… Cucha, ya viene la traca finah, ozú cuanto ruío”
Entre tanto, el resto está diciendo lo mismo. Pum, “el último zambobazo”, la gente aplaude y alguien dice:
- Bueno, hahta el año que viene
Y un desconocido contesta:
- Zi Dios quiere, zi Dios quiere

domingo, 2 de agosto de 2009

Penélope y Telémaco

Penélope cruzó el estrecho con Telémaco dentro:
Ulises importa menos que un pimiento,
es más,
lo único importante es un pimiento.

Yo los vi ayer:
ella, con un jarrón por sombrero,´
y él, colgado de la espalda de su real madre,
con su "oncológico" cuello...
sonriendo en el último pase.

Navegando entre la sevillana y la colombiana,
ofrecía ella su talento:
unas costuras recosidas
por un cráneo que, de tan "enjarrecido",
se encontraba en plena planitud.

Él, joya de la cornona,
-más bien de la coronilla-,
presumía de su vigoroso pescuezo
gracias a un tumor hambriento.

Al verlos,
todas,
la sevillana, la colombiana y la de Granada
sonreímos sus gracias.
Sí.
Nos las guardamos en un "clicar" de huesos:
"algo así no puede quedar en la recámara",
pensó la colombiana,
"esto sí que es arte",
murmuró la sevillana,
"haré lo mismo",
concluyó la de Granada.

Flashshshshshs

Vil el clic,
vil el flash,
viles nosotras.

Perversos los píxeles
que reproducen ahora vuestra figura,
indignas las teclas que azotan mis dedos,
ingominiosas mis falanges,
y farsante yo,
que las muevo:
sólo por jugar a ser Homero.