lunes, 20 de abril de 2009

Algo íntimo, prosaico y personal que me apetecía compartir


Echo de menos el tiempo en el que decir "te quiero" no era una osadía; en el que abrazar era una rutina; en el que la ética del cuidado era una ética compartida; en el que la sonrisa formaba parte de la expresión cotidiana de nuestra cara; en el que "todos" no era la suma de nada, sólo éramos todos. Echo de menos el tiempo en el que la complicidad no era un delito, era amistad; en el que tus amigos tenían las llaves de tu casa y tú las de la suya aunque no tuviéramos plantas que regar; en el que la belleza era una necesidad y no un adorno. Echo de menos la playa porque siempre tenía a alguien recostada en el hombro; echo de menos tener tiempo para recrearme en el aceite hirviendo; las palabras "natural" y "patidifusa". Echo de menos cuando la poesía no era sólo poesía, sino sinónimo de vida; cuando los soñadores eran útiles, cuando sin sueños no habia lucha; cuando las simplezas eran nuestro eje. Echo de menos...

1 comentario:

natalia manzano dijo...

También echo de menos algunas cosas. Como cuando se podía ser inocente por defecto sin sorprender enormemente a la gente, o cuando la mitad de mis amigos vivían a menos de 500 metros.